2016

Ha sido intenso, convulso y luminoso.

 A menudo he fusionado la emoción profesional con la personal, y me ha removido, mucho. 

 Empecé el año con la creación de un proyecto, que se gestó en invierno y dió a luz en primavera, casi a la vez que yo cumplía los 30.  casí na.

Es el año que más he dedicado a este mundo educativo que está en plena transformación y del que tenemos la suerte y también la gran responsabilidad de formar parte y aportar nuestra minúscula gota de aceite o agua para que se expanda.

He escrito poco y leído menos en papel y he continuado devorando contenido digital y insustancial.

He compensando la velocidad del tiempo rutinario con unas escapadas que han sido regalazos sólo por el disfrute de lo sencillo: la lluvia de invierno en Oporto y casi primavera en el Priorat, la familiar Burdeos, la luz del sur, la comida, la música, los colores del otoño,… y todo compartido, me ha sabido a gloria y han sido nuestro refugio de piedras, mi bolsa de oxigeno. 

He sido tía 3 veces! 

Aunque sólo dejaría de ser maestra para viajar por el mundo, ha sido el año que más he sentido y repetido en voz alta lo a gusto que se está en casa, en nuestro hogar. Esa luz, la olor y la compañía... 

También he sentido este año como el tiempo (y tmb la falta o mi mala gestión de él) redibuja amistades, sin variar la porción de amor y de vida que significan. Cada vez valoro más la copa de vino acompañada de esas conversaciones que arreglamos el mundo un ratito, nos vaciamos encima de la mesa entre los quicos o los nachos para luego irnos a casa bien llenos. 

Vuelvo a casa en la zozobra de mi corazón,
Ahora vivo aquí, 
pensé que estaba solo y descubrí,
Que estaban todos los que importan. 

He acabado un poco cansada de buscar tanta intensidad, años “buscándome” y intentando entender el mundo, queriéndome sentir segura y triunfar en todos los aspectos de mi vida…A este 2017 le pido más calma y luz sin filtros digitales, más encender una vela y olvidar el móvil, más abrazos largos y sobretodo cuidarme mucho más por dentro y por fuera! 

 Tengo muchas ganas de leer novelas de esas que me hacían llorar o reír (mierda otra vez buscando intensidad), de escuchar música en directo, de parar a despedirme del sol más a menudo, de respirar naturaleza y caminar mucho, de disfrutar de hacer fotos a todos mis guap@s! 

Pues si vale, me gusta la intensidad, pero ahora la busco con otro matiz, más cotidiano, no sé si más maduro o no, no sé si con más o menos ego pero dispuesta a ser más auténtica si puede ser. 

 Y vuelvo a Ferreiro y a Bebe cada vez que la vida me da una colleja cuando se me ha subido a la cabeza la idea de que he aprendido tanto para que me recuerden que sigo siendo aquella que mete la pata. Me reconfortan porque vuelvo a encontrarme en sus letras, más casera, más tranquila, diferente y a la vez la misma… y porque no pasa nada, hay que dejarse vivir todo, y sentir que todo está bien así, ahora, en cada momento que nos toque surfear o disfrutar. 

 Los paseos por el parque, la alegría de bailar, el café y el chocolate, la calma que da el hogar, los amigos y las cenas, las cosas que pasarán, todas esas cosas buenas sí están.

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