Paris, mon amour y sus reflejos.


Hoy me he despertado con la lista de Spotify Parisian Chic y la casa olía a Paris (me traje una vela que solo venden allí (son ese tipo de  compras que haces a partir de los 30: cosas para casa)

He echado de menos muy mucho el croissant de mantequilla relleno de nocilla que me he zampado cada mañana después de arrasar en el buffet libre del hotel (por cierto una super recomendación de una buena amiga) y he llegado al cole muy descolocada pero sorprendentemente zen. 
Hotel Joke Astotel 
Pero empecemos por el principio, este carnaval el destino fue Paris; decidí dejar el móvil a un lado y  llevarme solo la cámara y las ganas de ver la ciudad a través de ella (y ver mi reflejo en sus espejos y en los ojos de David.)


1 Espejos de Montmartre 

Saltamos del avión casi directamente a Montmartre, era (es?) mi barrio favorito y lo encontré tal como lo recordaba aunque la que vi en sus espejos no era la misma. Regarde: tu es belle. Empezaron los reflejos y afloraron emociones, andar y hablar hasta acabar agotados. El 1r día del viaje siempre es el que andamos más, comemos peor (menos los moules de David)  y nos vamos a dormir antes.



        

Día 2 Una guiri haciendo de francesa 
El segundo día me vine arriba, madrugamos mucho y desayunamos solos y tranquilos, me arreglé escuchando Parisian Chic. y no pude resistir la tentación de comprarme la boina y hacer el guiri , luego llegó la Fondue y todo lo demás. Fue el turno del París típico: Notre Dame, el Sena, la Saint Chapelle (me salió de dentro un guauuuuuu al entrar en la capilla superior de las vidrieras que no pude reprimir) el Barrio latino, la Sorbona, el Panteón, Jardines de Luxemburgo.... También nos acercamos hasta Jardin des Plantes y hicimos una parada técnica de té con menta delicioso en la Gran Mezquita de París. Al final de la tarde paseamos por Saint Germain y anochecimos en las pirámides del Louvre. Ese día también subimos a la azotea de las las Galeries Lafayette, recomendación de la sister y el cuñi  (super planazo) y fue donde me di el capricho de la vela parisina, ya os digo, todo muy guiri...pero como leí una  vez  "La ausencia de fragancia crea un vacío" Chandler Burr.




Día 3 La dama de la media sonrisa. 
Empezamos el día donde lo dejamos la noche anterior, en el Louvre, que es como el gran scape room: intentar ver las 10 obras más famosas en 2/3h sin perderte. Nos perdimos y le dedicamos más de 3h, nos agotó pero no nos defraudó. Y si, Lisa tiene algo en la mirada que no sé yo como describirlo pero mola. Después fuimos a reponer fuerzas a l'Esperancé (36 Rue de l'Université) un restaurante típico francés del barrio de los escritores donde te miran mucho mejor si dominas su idioma y no eres guiri, yo con mi boina y david con su francés dimos el pego creo. Volvimos a cruzar el Sena para pasear por Tuleries hasta la Concorde y los campos Eliseos. Acabamos el día en la Torre Eiffel, y volví a quedarme sin palabras al ver la ciudad del amor iluminada desde allí. Volvimos al barrio a cenar una omelette mixta en la Rue Lepic... y yo empezaba a sentirme Parisina y a no querer volver....






Día 4 Vida de barrio 
Le Marais, tenía muchas ganas de descubrirlo y lo dejamos para el última día, por si no nos daba tiempo y menos mal que nos dióporque  nos encantó: el ambiente, los locales, las galerías de arte y... el canal! Le llaman la pequeña Venecia de Paris. El sol salía y se escondía y justo cuando empezó a apretar la lluvia divisamos un bar super concurrido de "locales" nos miramos y allá que nos metimos (Miznon Canal) Ratatuille, pita de carne a la bourgmignon y no sé que más delicias probamos, riquísimo y auténtico. Miznon Canal 
Justo después descubrí la librería (Artazart) que me enamoró ( después de haber entrado en otras tantas) donde me pasé un buen rato mirando y descubriendo tesoros hasta que elegí el que me llevaría a casa( un álbum ilustrado sobre todo aquello que puedes aprender de la vida de los 0 a los 100 años, un aprendizaje cada vuelta al sol) 



Y así paseando y abriendo y cerrando el paraguas nos volvimos a plantar en Montmartre, y nos despedimos de Paris desde las escaleras donde habíamos aterrizado el primer día: EN los pies del Sacre Cour después de habernos mirado mucho el uno al otro y a través de los espejos que hay repartidos por la ciudad y te recuerdan lo más importante. 


Cuando te miras al espejo no siempre te gusta lo que ves, a veces asusta, a veces escuece, pero normalmente sana.







                                                            



Un detalle que me ha salvado la vida: los lavabo públicos limpios y gratuitos (que se lavan solos después de cada uso) para hacer pipis entre paseo y paseo ( los que me conocen saben que soy peor que una embarazada) 



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